Al olfato: De aroma amaderado profundo, con notas nítidas y claras que reflejan el paso del tiempo y su cuidadosa elaboración.
A la vista: De color oro viejo, orgullo de su madurez, clase y estirpe. Gran cuerpo que se percibe al servirlo, reflejo de su madurez obtenida de la fusión perfecta entre tequila, madera y un ciclo de tres años.
Al gusto: De intenso sabor a “tiempo” y con profundo carácter perfectamente definido, siendo un deleite para los sentidos y el paladar más exigente.
añejo
Al olfato: De tonos amaderados intensos, limpios y profundos, hacen un tequila cálido y puro con carácter propio, resultado de la perfección en su añejamiento.
A la vista: Su color oro intenso refleja inequívocamente la madurez obtenida de la paciencia de sus doce meses de cuidadosa maduración.
Al gusto: Con sabor profundo a madera además de suave y delicado, su personalidad y cuerpo perfectamente definidos producen un halago al paladar.
REPOSADO
Al olfato: Aroma herbal con notas amaderadas que le concede un exquisito “bouquet”, el cual nos invita a disfrutarlo.
A la vista: De color oro brillante, transparencia limpia y nítida, reflejo inequívoco de su reposo en roble blanco, mismo que provee el cuerpo y carácter perfectamente definidos.
Al gusto: Sabor amaderado con destellos herbales y afrutados que se perciben placenteramente en el paladar.
BLANCO
Al olfato: Aroma herbal y afrutado de alta definición, heredados de agaves selectos con los que es elaborado.
A la vista:Transparente y cristalino con destellos plateados, gran cuerpo y carácter que reflejan la naturaleza de su origen.
Al gusto: Sabor suave y perfumado con gran personalidad que se percibe al disfrutarlo solo o mezclado.